¿Sabías que Israel encarcela cada año a cientos de palestinos sin cargos, juicio ni condena?
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Durante décadas, Israel ha empleado una táctica sistemática y profundamente opresiva de encarcelar a palestinos sin cargos formales, juicios ni condenas. Miles de palestinos, incluidos niños, están recluidos en lo que se denomina «detención administrativa», una política heredada del mandato colonial británico que permite al ejército israelí detener a personas indefinidamente basándose en pruebas no reveladas. Esta medida draconiana niega a los detenidos toda oportunidad de defenderse o impugnar las acusaciones contra ellos.
En virtud de la detención administrativa, los palestinos pueden ser encarcelados durante seis meses cada vez, pero este periodo puede renovarse indefinidamente. Muchos detenidos permanecen en un estado constante de incertidumbre, sin saber si serán puestos en libertad o cuándo. Israel mantiene recluidas a estas personas bajo acusaciones vagas como «amenaza para la seguridad de la zona», sin revelar nunca las pruebas que sustentan su detención. A finales de 2023, Israel había detenido a más de 3.800 palestinos en virtud de este sistema, incluidos 61 niños. Este uso de la detención administrativa ha aumentado desde que Israel intensificó su ataque genocida contra Gaza después del 7 de octubre de 2023.
Encarcelamiento sin pruebas ni rendición de cuentas
La detención administrativa es, de hecho, un castigo indefinido infligido a los palestinos por el mero hecho de existir bajo la ocupación. Estas personas son detenidas sin explicación, recluidas en condiciones inhumanas y sometidas a castigos colectivos sin recurrir a la justicia. Según la organización israelí de derechos humanos B'Tselem, desde 1967, miles de palestinos han sido detenidos sin cargos ni juicio durante meses, incluso años, en virtud de esta política.
Muchos detenidos son niños. De hecho, sólo en 2024, Israel detuvo a un número récord de menores palestinos sin cargos, incluidos 61 niños hasta marzo. Detenidos por periodos renovables de seis meses, estos niños viven en un estado de ansiedad, sin saber cuándo serán liberados o si lo serán. El sistema jurídico en el que están recluidos estos palestinos no ofrece justicia, ya que los tribunales se basan en pruebas secretas que ni el detenido ni sus abogados pueden ver, lo que les priva de cualquier posibilidad de montar una defensa.
Tortura psicológica: La vida en un constante estado de limbo
El impacto de la detención administrativa no es sólo el confinamiento físico, sino una forma de tortura psicológica. Como describió Yazen, un joven palestino de 17 años, tras ser liberado de casi cinco meses de detención: «Lo que realmente te afecta es la incertidumbre... ¿Terminarás los seis meses y te irás? ¿O te prorrogarán un año, dos años?». Yazen era uno de los miles de detenidos sin saber por qué y sin tener ni idea de cuándo volverían a ser libres, o si volverían a serlo.
Esta incertidumbre, agravada por las duras condiciones de detención, se cobra un alto precio entre los presos y sus familias. A menudo se somete a los detenidos a tratos inhumanos, como palizas, privación de alimentos y agua y aislamiento forzoso. Desde octubre de 2023, tras el inicio de la guerra genocida de Israel contra Gaza, los detenidos palestinos han denunciado condiciones aún más duras, con la retirada de suministros básicos como sábanas y ropa extra, y la reducción significativa de las raciones de comida.
Para los niños en particular, la detención administrativa es devastadora. Muchos han sido arrancados de sus familias y comunidades, sometidos a violencia durante la detención y recluidos en condiciones degradantes. Las cicatrices psicológicas dejadas en estos niños, muchos de los cuales sufren abusos físicos mientras están detenidos, durarán toda la vida. Los niños detenidos relatan palizas, cacheos sin ropa y lesiones físicas, incluidas heridas de bala y fracturas óseas, durante su detención y encarcelamiento.
Detención administrativa: Una herramienta de genocidio
El uso generalizado de la detención administrativa por parte de Israel es una piedra angular de sus políticas genocidas contra los palestinos. Esta práctica no se utiliza para prevenir amenazas concretas, como se afirma, sino como herramienta para reprimir la resistencia palestina y mantener el control sobre la población ocupada. Los grupos de derechos humanos han condenado reiteradamente este sistema como una violación del derecho internacional, que sólo permite la detención administrativa en los casos más excepcionales. Sin embargo, Israel lo utiliza de forma rutinaria, como medida punitiva para encarcelar a palestinos cuando no hay pruebas suficientes para presentar cargos formales contra ellos.
Los niños palestinos son especialmente vulnerables a estos abusos. Desde octubre de 2023, el número de niños palestinos detenidos sin cargos ha alcanzado niveles récord, con informes de niños de tan sólo 12 años recluidos indefinidamente en cárceles israelíes. En virtud de la legislación militar israelí, los niños pueden ser encarcelados durante meses o años sin cargos formales y sin ninguna protección en virtud de las normas de justicia de menores. A estos niños se les priva sistemáticamente de su derecho a la educación, de sus familias y de su infancia.
Datos clave:
- Israel mantiene a más de 3.340 palestinos en detención administrativa desde junio de 2024, incluidos 75 niños.
- Los detenidos son encarcelados sin cargos, juicios ni acceso a las pruebas, en violación del derecho internacional.
- La detención administrativa puede prolongarse indefinidamente, lo que deja a los presos en un estado constante de incertidumbre y temor.
- Los niños palestinos son sometidos regularmente a detención administrativa, y a menudo sufren abusos físicos y trato degradante.
- El sistema judicial militar israelí, que supervisa estas detenciones, presume de un índice de condenas del 99% para los palestinos.
Condena internacional e impunidad continuada
A pesar de la condena internacional generalizada, incluida la de las Naciones Unidas y numerosas organizaciones de derechos humanos, Israel sigue utilizando la detención administrativa como herramienta de represión. Los tribunales militares israelíes, que supervisan el encarcelamiento de palestinos, actúan como sellos de goma, aprobando casi todas las órdenes de detención basándose en «pruebas secretas» que nunca se revelan a los detenidos ni a sus abogados. Incluso cuando los detenidos recurren su encarcelamiento, quedan indefensos, ya que no tienen acceso a las supuestas pruebas en su contra.
El uso continuado de la detención administrativa por parte del gobierno israelí es una afrenta a la justicia, los derechos humanos y el Estado de derecho. Al mantener a los palestinos en un estado perpetuo de encarcelamiento sin juicio ni cargos, Israel no sólo viola sus derechos básicos, sino que perpetúa un sistema de apartheid y genocidio destinado a borrar la existencia palestina.
Conclusión: Una responsabilidad mundial
El mundo no puede permanecer en silencio ante una injusticia tan flagrante. La detención administrativa no es una herramienta de seguridad, es una herramienta de genocidio, esgrimida para quebrar el espíritu del pueblo palestino y borrar su resistencia. La comunidad internacional debe exigir responsabilidades a Israel por sus continuos crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional. Mientras no se derogue la detención administrativa, miles de palestinos seguirán encarcelados, no por lo que han hecho, sino por lo que son.
El pueblo palestino merece justicia, y el mundo tiene la responsabilidad de exigirla.